Labios
la vieron lasciva y candente,
sazonada
por la nada, relamió,
lamentose
en sus tormentos,
alimentose
de lluvias.
“La
mártir ríe, la mártir bebe ron”.
Cae
la noche y se masca la tragedia,
ayer
a horcajadas y hoy despojada,
“¡mísera!”
se arrodilla ante la hoguera,
“¿qué
de mí será?” se encomienda al dolor.
“La
mártir llora, la mártir bebe ron”.
Labios
la vieron hermosa y sin ropa,
la
noche cayó y no calló para nadie,
sus
cenizas bailan en mi interior.
“La mártir vive, y en el
ron la veo yo”.
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